Ágora, la nueva casa de ArtBo, solo tiene un problema: ¿por dónde empezar? De arriba abajo o de abajo arriba; en los primeros pisos –además del hall de bienvenida– con tres obras impresionantes: el telón de Jacanamijoy, las esculturas de Jaime Miranda-Bambarén y la monumental instalación de Mapa Teatro, está el programa de Artecámara de nuevos artistas; la sala de Proyectos (donde hay un imperdible: el rompa el vidrio en caso de emergencia, de Fernando Arias); la sala de proyectos editoriales y, sin duda, una de las mejores exposiciones que pueden verse hoy en Bogotá y todo un clásico histórico de ArtBo: Referentes, con la curaduría de la venezolana Julieta González.
También puede hacer todo ese recorrido en una búsqueda de la cima o, directamente, ir al piso 5 y luego bajar por las escaleras eléctricas.Porque en el piso 5 se concentra toda la energía y la potencia de lo que significa una feria de arte, hay meseros haciendo malabares entre cientos de personas; galeristas con la frente llena de sudor; artistas, curadores, críticos; coleccionistas ávidos de nuevas obras y, en medio de todo, varias piezas de museo que, por unos cuantos días, desde hoy 23 de noviembre hasta el domingo 26, están a la venta... por ejemplo: las camisas de Doris Salcedo, una obra de los años 90, que se presentó por primera vez en la galería Garcés Velásquez, una escultura de camisas blancas –la indumentaria de los trabajadores del banano– atravesadas por una varilla de hierro; sus camisas están junto a un Rayo y dos pizarras monumentales de Santiago Cárdenas en la galería León Tovar.